VIAJE A LA LIBERTAD, ENTREVISTA A JOSÉ LUIS VELÁSQUEZ GARAMBEL
WALTER PAZ QUISPE SANTOS
José Luis Velásquez Garambel, intelectual peruano y profesor universitario, ha publicado a la fecha varios libros que la crítica especializada y los académicos consideran importantes. Conocido como un polémico ensayista, editor de proyectos gigantescos como los emprendidos por él en la Universidad Nacional del Altiplano, del que todos conocemos. Inició su actividad intelectual publicando plaquetas de poesía a finales de los 90, faceta que quedó opacada por su polifacética y holística labor de apasionado trabajo de rescate de cuanto se refiere a Puno.
Hace pocos días ha publicado, después de 20 años, un poemario que lleva por título “Viaje a la Libertad”, publicación que motiva esta entrevista.
W.P.: Puno, es un escenario con una tradición poética visible en el panorama internacional y tú no eres conocido como poeta, claro, sin desmerecer tu trabajo.
JLVG: Es verdad, Puno goza de un sitial en la cartografía literaria internacional gracias a Oquendo de Amat, Alejandro Peralta, el mismo Gamaliel Churata y en los últimos años la presencia importante de Omar Aramayo, y claro los poetas ganadores del Copé de Poesía; y mi presencia en es este escenario ha sido la de, primero, profesor de literatura de la UNA-P, donde inauguré y dirigí por varios años los talleres de escritura creativa, dándole continuidad al taller “Anclas en el cielo” de inicios del 2000, formé a casi todos los poetas del post dos mil, del que hay jóvenes que ya tienen reconocimientos literarios y siguen trabajando por lograr escribir mejor. Mi poesía, de esos años, como en algún momento manifestabas y yo comparto esa opinión, “juvenil”, de temas amorosos, vanguardistas en su concepción, épocas en que iba experimentando con el lenguaje, que me sirvió mucho de aprendizaje para mis trabajos en otros géneros; aún así, la reedición de “Gitana”, un libro de poesía, fue considerada como los mejores libros de poesía por Ricardo Gonzales Vigil en Caretas.
W.P: Pese a los comentarios de académicos como Gonzales Vigil y algunos amigos tuyos, sigues siendo más conocido como ensayista y editor, esas facetas te han sepultado como poeta, es más, tu nombre no aparece en las antologías de escritores como Feliciano Padilla o Jorge Florez en el ámbito regional.
JLVG: Es verdad que Gonzales Vigil es amigo mío, pero eres injusto al acusarme
que he utilizado esa amistad para granjearme sus comentarios generosos en cuanto
se refiere a mi poesía, hecho que he mantenido siempre en la discreción, al
margen del lobby como lo hacen muchos. No me atreví a enviar mi trabajo a
concursos literarios después del 2000. A fines de los 90, gané algunos concursos
de poesía, no volví a participar en ninguno, porque fuimos nosotros quienes
empezamos a organizar los concursos, claro con el apoyo de la universidad, de
amigos como Elard Vilca, le dimos continuidad a los Juegos Florales con Jorge
Florez-Aybar, no era ético que yo, que trabajaba con él participara de los
únicos concursos que se daban en nuestro medio. Ahora después de 20 años, me
atreví a enviar este poemario al COPÉ, y no pasó nada, quizá no era su tiempo o
simplemente el jurado consideró que no valía la pena, suele ocurrir; por lo que
a motivación de los amigos envié el mismo poemario, al Premio de la Fundación
Loewe, que es uno de los premios de poesía más prestigiosos, con decirte que
Octavio Paz fue uno de los jurados de esa fundación hasta su fallecimiento, y
este texto quedó entre los 20 finalistas de más de cinco mil textos
recepcionados.
W.P.: Oquendo, Alejandro Peralta y Vallejo no participaron en concursos. Pero bueno, de qué trata este libro que acabas de publicar.
JLVG: Quizá sea esa vanidad por parte del escritor, los concursos muchas veces te posicionan socialmente, te abren algunas puertas que a cualquiera no se le abrirían, y respecto a los escritores que mencionas, todos tuvieron finales trágicos, vidas difíciles, ningún organismo del estado o acaso la misma sociedad les abrió ninguna puerta, se enfrentaron al mundo solos, y quizá por eso pusieron el fuego de su vida en cada imagen poética, en cada poema, en cada texto. Obvio que yo no pretendo compararme con ellos, soy un lector que se nutre de su poesía, que cotidianamente aprende de ellos, y lo digo con mucha humildad.
En cuanto a este libro “Viaje a la libertad”, contiene tres poemas, un poco extensos, que tienen como tema, primero la vida de Juan Bustamante, que fue un hombre comprometido con la causa indígena, precursor de Gonzales Prada, en mucho, padre de los indigenistas modernos como José Antonio Encinas, José Carlos Mariátegui, y también de las grandes rebeliones del siglo XIX. En ese poema relato líricamente la vida de Bustamante, hasta su muerte trágica en manos de Recharte. En el segundo poema poetizo las vidas de los tres Miguel de San Román, que entregaron sus vidas a las causas libertarias, también es un poema extenso, estructurado en ciertas secuencias que el lector descubrirá con calma. Finalmente, el tercer poema habla sobre el origen mítico de los hombres del collao, es un recorrido a través de los mitos fundadores, con alusiones a las deidades y los apus tutelares del Collao.
W.P.: Los ejes que abordas son históricos, crees que ese tipo de poesía tendrá recepción, cual ha sido la intención con la que escribiste esos textos.
JLVG: Bueno, hace tiempo que he dejado de escribir para complacer a alguien, escribo por el contrario, buscando la reacción del lector, de quebrarlo, de hacer que se enfurezca, se indigne y si es posible que sea crítico, la tarea es difícil, pero el manejo del lenguaje es una conquista que se logra con la lectura, la investigación y la escritura y corrección constante. Yo no creo que un texto salga en primera, no, es muy difícil, no hay iluminados, el talento se alimenta de disciplina y de la constancia. A mí, de modo personal, me ayuda mi formación histórica, mis lecturas sobre el indigenismo y mis investigaciones sobre esos periodos luctuosos, y sobre ello he vuelto a la poesía, el texto ha sido trabajado en cuatro años, ha sufrido, correcciones múltiples, creo que me libero un poco de los fantasmas que me aquejan, esos que reclaman justicia, para mí, la única forma de dejarlos en libertad ha sido mediante la poesía.
W
.P.: El lector es quien finalmente crea y recrea, a través de su lectura las diversas metáforas, la poesía obliga al lector, por la naturaleza de su lenguaje, a buscar los significados vivos. Crees que tu poesía logra que el lector haga ese ejercicio.
JLVG: La reflexión que haces es interesante y conflictiva, nos enfrenta a muchos. Es Verdad que la mejor forma de lograr que el lector sea crítico es haciendo que sea precisamente él quien de acuerdo a su universo cultural cree en su imaginario las metáforas, así en cada lectura y dependiendo quien sea el lector construya el significado, significado que será nuevo en cada lectura, de acuerdo a las lecturas y experiencias que vaya logrando en la constante de su vida. Esa “metáfora viva” solo es posible si la actitud del lector es inconforme, se pierde si el lector se topa o encuentra con un lenguaje directo o funcional. Lo textos literarios son precisamente eso por la naturaleza esquiva de su significado, motivo por el que el lector debe buscar continuamente ese significado. Ahora, en mi poesía, al momento de escribir, y en cada proceso de corrección, siempre reflexiono sobre si lo que estoy escribiendo es en lenguaje literario o no, hecho que me ha generado siempre conflictos teóricos. Ojo que en poesía, a diferencia de muchos que creen que es solo inspiración, yo sostengo que es un trabajo de obrero que continuamente está modelando el lenguaje a través de correcciones continuas, bien pensadas, un verdadero trabajo de arquitectura donde la inspiración es el primer motor; pero el combustible es la corrección.
W.P.: Has poetizado hechos históricos, es particular en nuestro medio, sin embargo, parece anacrónico, cuál es tu objetivo.
JLVG: En literatura “lo viejo reemplaza a lo viejo”, no hay nada nuevo, los clásicos siempre tendrán más valor, sé que el ejemplo que voy a utilizar no va a gustar a muchos; pero me amparo en mi condición de maestro de literatura. ¿Qué prefieres, leer un libro de Beto Ortiz, Jaime Bayly o leer a Kafka, Joyce, Wolfe, T. S. Eliot, y en nuestro medio a Alejandro Peralta, Mostajo, Aramayo? No podemos perder el rumbo, no quiero decir que los escritos a quienes he mencionado no tengan valor, sino que tenemos que diferenciar y lograr “criterio” sobre los textos poseen lenguaje literario, y claro eso es difícil. Mi objetivo es demostrar que la poesía no es producto tan solo de inspiración del momento, sino de un esforzado trabajo de corrección, que la conquista del lenguaje literario solo se da a través de la lectura y de la experiencia estética, en cualquier medio.
W.P.: Has manifestado que el proceso de escritura de este poemario, que es breve y que en páginas solo cuenta con 60, te ha demorado cuatro años.
JLVG: Sí, y probablemente me haya demorado más, son veinte años que no publico poesía, la corrección y rescritura han sido fundamentales. Yo no tengo la facilidad que tienen muchos escritores, sobre todo jóvenes, de lograr imágenes maravillosas a la primera pasada, no, yo sufro mucho al escribir, es sufrimiento y al mismo tiempo liberación, ese proceso es, en mi caso agotador. Y en el caso de este libro, me quito la obsesión de poetizar sobre Jun Bustamante y los tres San Román.
W.P.: Has pasado del ensayo, generalmente histórico, a la poesía, no te parece ir de un extremo a otro, no sientes que “quien mucho abarca poco aprieta”. Además, que tus ensayos son los que más comentarios y referencias han logrado.
JLVG: Sabes perfectamente que hay casos, por ejemplo, el de Pablo Macera, Octavio Paz, el mismo Vargas Llosa. Claro, sería ridículo, de mi parte ponerme o siquiera asomarme a ellos, como te dije en algún momento, y lo sabes mejor que yo, tu que eres uno de los grandes lectores y dueño de una de las más hermosas y envidiables bibliotecas de todo el sur, nunca dejé la poesía, solo que no tengo la facilidad que otros tienen, no tengo ese don.
W.P.: Sabemos que este libro de poesía no es lo único que has publicado recientemente.
JLVG: Si, en efecto; pero aun está en prensa “Literatura puneña para el siglo XXI”, deben terminar la impresión en pocos días, es un libro que trabajamos junto a Salvador Hanco Aguilar, que es un profesor de literatura de la UNA-P, hablaremos al respecto cuando tengamos el libro en manos y podamos conversar sobre el mismo.
W.P.: Eres reticente sobre tus proyectos académicos, literarios. Esa nueva antología en qué se diferencia de la que publicaste hace trece años con la CARE y la Comunidad Europea.
JLVG: No es que sea reticente, lo que ocurre es que mucha gente subvalora el proceso de investigación y creación, en todos estos años he desarrollado cierta disciplina que me ha permitido concluir algunos proyectos de escritura, sin embargo, vuelvo continuamente a repensar sobre esos trabajos, eso ha ocurrido con la antología de literatura, he encontrado a un aliado estratégico, para que la misma vea la luz, es un libro renovado, con mayor información de panorama, con infografías que ayudan a contextualizar mejor las poéticas textuales de cada género y especie, creo que el reflexionar con Salvador sobre la literatura regional y el libro que está ya en prensa, va a servir para hacer un balance de la misma, será útil para que los maestros desarrollen en sus materias literatura regional, creo que es el texto más completo existente hasta ahora.
Recoge las reflexiones en nuestras múltiples conversaciones no solo contigo, sino con los escritores de esta maravillosa región.